miércoles, 7 de diciembre de 2011

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Levanté el teléfono y escuche - Hola, Noelia ¿Te acordás de mi? Enseguida pensé que debía ser dios, con voz metalizada y robótica, que había mandado un mensaje de texto a mi línea de teléfono fija para averiguar porqué hacía tanto no rezaba. -Rezo para adentro, dios. Para mi. A veces con mi mano- Le expliqué a la máquina contestadora. -Pero si te hace feliz me suscribo a tu newsletter- aunque no lo vaya a leer nunca. 


*Foto Lucia Chain (Flickr Cobrakiller)

1 comentario:

magui dijo...

sí! una genia total que también es humana me recuerda todo el tiempo que todo es mental y que la realidad es una ficción de la mente y a veces entender eso está buenísimo. digo
las perspectivas y las cosas como uno quiere verlas, todos las elegimos y en parte estar tristes es nuestra culpa! jajaja