domingo, 13 de noviembre de 2011

El piso del museo tenía brillos que nos pusimos en la cara


¿Qué pasa si de pronto desaparecemos de la fiesta? Dejamos las guirnaldas colgando, los vasos a medio vaciar, la música sonando, las sillas libres. No queda nadie alrededor, no hay vecinos porque no hay ciudad. Sólo esa terraza llena de fiesta y después nada. No importa si quedan los objetos, porque no son nada si no estamos ahí para animarlos. No les cabe ninguna palabra para referirnos a ellos, ni absurdos, ni obsoletos, ni sin sentido. Si no estamos ahí los objetos no existen. Pero somos buenos generando la necesidad de donde sea. Cualquier cosa tiene más significado que nosotros, incluso los objetos, depender de nosotros es demasiada responsabilidad.

2 comentarios:

Noe dijo...

lo que nos diferencia es la consciencia.

ser consciente es una gran responsabilidad, sí.

pero es que ya no puedo entender otro camino.

Lucía Chain dijo...

pero desaparecieron sin que me dé cuenta de cómo pasó. eso fue lo que mas me perturbó, estaban ahí, yo los veía y ya no están. me perdí de algo y eso me desestabilizó.