lunes, 28 de noviembre de 2011

Canasta navideña


El pozo de ansías es el pote de pintura donde meto la mano esperando sacar una respuesta, como quien mete la mano en el tarro lleno de papelitos de rifa y hace fuerza para que le toque al familiar con el número cincuenta y seis, número cincuenta y seis, número cincuenta y seis.  Setenta y cuatro, gana la sonrisa amarillenta de la fila cuatro, que ahora es saco rojo y anteojos animal print desconcertados frente al escenario sin saber bien por donde subir a recibir su premio. Eso me pasa seguido. La sensación de dar una vuelta eterna a la manzana de mi casa sin saber jamás dónde está la puerta, dónde la escalera, dónde el escenario al que tengo que subirme para que me den mi galardón.


*Foto Lucía Chain (Flickr Cobrakiller)

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