lunes, 28 de noviembre de 2011

Canasta navideña


El pozo de ansías es el pote de pintura donde meto la mano esperando sacar una respuesta, como quien mete la mano en el tarro lleno de papelitos de rifa y hace fuerza para que le toque al familiar con el número cincuenta y seis, número cincuenta y seis, número cincuenta y seis.  Setenta y cuatro, gana la sonrisa amarillenta de la fila cuatro, que ahora es saco rojo y anteojos animal print desconcertados frente al escenario sin saber bien por donde subir a recibir su premio. Eso me pasa seguido. La sensación de dar una vuelta eterna a la manzana de mi casa sin saber jamás dónde está la puerta, dónde la escalera, dónde el escenario al que tengo que subirme para que me den mi galardón.


*Foto Lucía Chain (Flickr Cobrakiller)

domingo, 27 de noviembre de 2011

La coherencia se va al tacho si una escribe entre trago y trago


La chica que colecciona timers del mundo cae en cuenta de que todos son made in Taiwan y se sume en una profunda crisis de identidad. Por una sóla cosa que no te gusta pedís un cambio total. Algo así me dijo ella, y siempre te deja pensando esa chica. Es lindo charlar con ella, incluso si es entre cuadro y cuadro. Tiró todos los timers a la basura y entró al coro de una iglesia.


*Foto Lucia Chain (Flickr Cobrakiller)

viernes, 25 de noviembre de 2011

Superman con crisis existencial



Hombre misterioso volando el cielo. Desde mi silla miro un poco como va, de acá para allá, el hombre-pájaro. Parece que no tiene rumbo, parece que está confundido. Pero vuela. En mi silla voy hacia delante y hacia atrás pero tampoco eso es un rumbo.



*Foto Lucía Chain (Flickr Cobrakiller)

domingo, 20 de noviembre de 2011

Nos vemos


Había acabado en su propia ropa. Un rato después dijo -Ya no me queda nada acá- y parecía que iba a llorar- su afirmación me dolió, pero tenía razón. A los dos segundos repitió la frase, pero en forma de pregunta. No, ya no le quedaba ropa para cambiarse en mi casa. Pero tenía razón.

jueves, 17 de noviembre de 2011

In your face, capa.


A  decir verdad Julián no era mi tipo. Sin embargo le grité que me llevara a ver a Huracán a la cancha, que jugáramos todas las versiones existentes de wining eleven y que comiéramos papas fritas todos los días.  Porque en esos cinco segundos yo amaba a Julián. Con un tremendo impulso del cuerpo fui a abrazarlo y ahí me quedé hasta que el chico gritó corte. Después de eso Julián me caía bien, el efecto del abrazo duró casi todo el viaje de vuelta a casa, hasta que me di cuenta que uno de los abrazos más sinceros que había dado en mi vida había sido actuando. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

El piso del museo tenía brillos que nos pusimos en la cara


¿Qué pasa si de pronto desaparecemos de la fiesta? Dejamos las guirnaldas colgando, los vasos a medio vaciar, la música sonando, las sillas libres. No queda nadie alrededor, no hay vecinos porque no hay ciudad. Sólo esa terraza llena de fiesta y después nada. No importa si quedan los objetos, porque no son nada si no estamos ahí para animarlos. No les cabe ninguna palabra para referirnos a ellos, ni absurdos, ni obsoletos, ni sin sentido. Si no estamos ahí los objetos no existen. Pero somos buenos generando la necesidad de donde sea. Cualquier cosa tiene más significado que nosotros, incluso los objetos, depender de nosotros es demasiada responsabilidad.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Whisky




Hola. La cámara me obliga a sonreír. Si no sonrío, no saca la foto. ¿Qué pasa si no quiero sonreír? No quiero un recuerdo de algo que no existió.

Pensé que eras liebre


Somos Robinsons Crusoe del Siglo veintiuno. Instalados desde siempre en una isla que es a un tiempo solitaria y caníbal. Construir refugios con los restos del naufragio es nuestra habilidad especial. Nos publicamos en los avisos clasificados como un lugar paradisiaco para visitar, con los riesgos normales de cualquier viaje. Pero los turistas se van de nosotros descorazonados, Con una pierna menos, o un brazo en falta. 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Cóctel


Tiendo a pensar que fuiste como esa rama de pino seca con la que me pinche los dedos una vez. Siempre busco gente llena de espinas para hacerme la heroína del mundo, para llegar al centro y poner una banderita con mi nombre. Volví a mi madriguera más lastimada de lo que estaba cuando salí a tu encuentro. Lo cierto es que éramos dos, vos venías con tu caja de curitas, yo también te pinché. Así resumo la tristeza:  Queremos salvarnos, pero no todavía. 

jueves, 3 de noviembre de 2011

Imposibilidad de armar una idea


Vi a un perro rascarse la panza con su pata fantasma y pensé que debía ser una buena metáfora de algo, aunque no se me ocurrió de qué.