-Los rituales son necesarios- dijo mi amigo. Por esto, para él, el trigo dorado era su pelo. Para aquel las estrellas florecían todo el tiempo y para mi, mi boca apretada y pequeña es tu cara en mi cara. Años completos de rituales acumulados en el cuerpo, para mantenerlos vendí mucho de mí. Ellos ganaron: Un cielo florido, un campo más bello. Yo arrastré casas vacías a donde quiera que fui y me perdí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Alegraste mis ojos y mi tarde monótona, esperaba ansiosa volver a leerte.
Te quiero amiga!
Publicar un comentario