sábado, 10 de septiembre de 2011

Posta (Eso escribí a las 8 a.m. como título, ese va)

Amamos a la distancia. Incluso si compartimos la cocina o la siesta. Siempre fue así. Cuando ellos están, yo todavía no me bajé del colectivo. Cuando llego, encuentro notas, fotos, sobras de comida, pero no amor.  No lo descifro todavía, pero es algo particular en mi. Cuando lo entienda no voy a dormir nunca más sola, ni siquiera en mi propia cama.



*Foto Cobrakiller (Flickr)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ufffffffffffffff... necesito muchísimo más vino del que tengo ahora para decir algo sobre esto, pero estoy acá, estoy acá

Noelia dijo...

DECÍ DECÍIII jajaja

el asistente Barriga dijo...

Ya pongo un piloncito de revistas en la mochila, cuando nos cruzamos en la facu te paso una! un beso

El Poeta Maldito dijo...

Me parece que no es solo que nos encuentre sino también tener una predisposición de dejarse encontrar, pienso en que en ambas partes no tienen que estar tensas sino alineadas.

Noelia dijo...

Claro, es un equilibrio muy delicado! Alineadas, usaste la palabra exacta. Se me ocurre también reciprocidad, como complemento o sinónimo, no sé.