Amamos a la distancia. Incluso si compartimos la
cocina o la siesta. Siempre fue así. Cuando ellos están, yo todavía no me bajé
del colectivo. Cuando llego, encuentro notas, fotos, sobras de comida, pero no
amor. No lo descifro todavía, pero
es algo particular en mi. Cuando lo entienda no voy a dormir nunca más sola, ni siquiera en mi propia cama.
*Foto Cobrakiller (Flickr)
5 comentarios:
ufffffffffffffff... necesito muchísimo más vino del que tengo ahora para decir algo sobre esto, pero estoy acá, estoy acá
DECÍ DECÍIII jajaja
Ya pongo un piloncito de revistas en la mochila, cuando nos cruzamos en la facu te paso una! un beso
Me parece que no es solo que nos encuentre sino también tener una predisposición de dejarse encontrar, pienso en que en ambas partes no tienen que estar tensas sino alineadas.
Claro, es un equilibrio muy delicado! Alineadas, usaste la palabra exacta. Se me ocurre también reciprocidad, como complemento o sinónimo, no sé.
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