Arrastro los barcos hacia el mar.
Los barcos, llenos de hombres muertos de sed. Arrastro los barcos hacia el mar con mi luz de faro solitario. Arrastro las maderas a la profundidad, y a sus hombres. Y las maderas no flotan. Y los hombres no flotan. Los entierro en la profundidad como objetos preciosos, brillantes. Así los recuerdo, todos los cadáveres son míos.
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